El budismo zen tiene una serie de características que hacen del zen un estilo de vida. Para poder acceder al mundo zen es necesario tener bien claro conceptos como:
Satori Zen (La Iluminación Inmediata)
Se trata de una especie de catástrofe espiritual que se presenta súbitamente. Estamos, entonces en el verdadero punto de arranque hacia la iluminación.
Para lograr esto es necesario deshacernos de todas las cosas superficiales que han cristalizado durante tanto tiempo nuestra voluntad y nos han dado tantas angustias. Olvidarnos de nuestro yo y olvidarnos de todas nuestras preocupaciones. No invertir energía en todas nuestras obsesiones. Hacer uso de lo intangible para descifrar el misterio de la paz interior.
La Práctica Zen: La Sublimación De La Vida Diaria
La práctica es el método principal y más adecuado de penetración en la esencia de las cosas. El zen demuestra con el "satori" que la acción es necesaria y además vivifica.
Pero para ello es necesario liberarse de todos los temores de una conciencia proyectiva que trata de anticipar el futuro mediante el miedo y el deseo. La grandeza del hombre está en su vida cotidiana, en el ahora, el eterno ahora, el presente más inmediato. Una vez alcanzado el "satori" (la iluminación), la vida ordinaria está habitada por el espíritu. La mirada perspectiva de los ojos a las cosas pequeñas cotidianas se vuelve distinta.
La Actitud Perfeccionista
El auto-perfeccionamiento supone una reafirmación del yo. Con la actitud perfeccionista se pretende dotar al "yo" de una serie de añadidos, reforzamientos para así acomodar o ajustar el "yo" de acuerdo con un canon de belleza o prestigio exterior a él.
La actitud perfeccionista tiene como resultado, las tensiones, las desilusiones, las mentiras porque tan sólo persigue utopías como bienes y cuerpos sin sombras, mañanas prefabricadas por la mente individuos tan bellos y tan perfectos que tan sólo podemos encontrar en las estrellas de las películas.
La actitud perfeccionista tiene como resultado, las tensiones, las desilusiones, las mentiras porque tan sólo persigue utopías como bienes y cuerpos sin sombras, mañanas prefabricadas por la mente individuos tan bellos y tan perfectos que tan sólo podemos encontrar en las estrellas de las películas.
La Posesión Y El Deseo
La posesión de las cosas empobrece al hombre, mientras que la renuncia le enriquece. La posesión crea conmoción, provocada por la ansiedad que hace nacer en el hombre. Por último, la frustración de un deseo reprimido crea ansiedad
La Lógica Zen
El zen quiere tomar al asalto la fortaleza de la insensatez y demostrar que nosotros vivimos psicológica y biológicamente de forma desnaturalizada. El zen apuesta por la negación del raciocinio lógico. Lo que realmente cuenta es la intuición activada en un despertar individual y único de manera espontánea. Se trata de alcanzar la intuición propia a través de la búsqueda del ritmo cósmico dentro del individuo.
El zen es una vivencia y no un doctrinarismo por tanto exige una aproximación basada casi exclusivamente en la práctica. Posturas, ritmos del cuerpo y de la mente sirven de ayuda para alcanzar una actitud más integradora con el universo. La búsqueda de la serenidad y el enriquecimiento de la vida espiritual desde la no-intencionalidad (el wu-wei taoísta ) y desde la vida cotidiana es el objetivo que persigue el zen.
La Respiración En Oriente: El Prana O El Ki
La respiración es un medio de contacto con la energía cósmica denominado en sánscrito "Prana" y en japonés "Ki" (aliento/vitalidad) que inunda el cosmos y mantiene la vida. El "Ki" es la energía dinamizadora que disfruta de niveles, muy superiores a la fuerza física.
Sutras
En el zen la enseñanza doctrinal carece de valor frente a la "iluminación" espontánea, pero no obstante sus textos (sutras) son muy apreciados y utilizados.
El discípulo-monje incrusta en su espíritu a fuerza de repeticiones innumerables la esencia de las enseñanzas de los sutras, de manera que llega incluso a constituirse en un reflejo condicionado de su proceder.
La vida mental del monje se reparte entre la "meditación" y la "recitación" infinitamente repetida de los sutras. El sutra es recitado a modo de salmodia.
La recitación repetida insistentemente se realiza de forma lenta en un principio y después cada vez más aprisa al son del batidor o molinete de oraciones.
El discípulo-monje incrusta en su espíritu a fuerza de repeticiones innumerables la esencia de las enseñanzas de los sutras, de manera que llega incluso a constituirse en un reflejo condicionado de su proceder.
La vida mental del monje se reparte entre la "meditación" y la "recitación" infinitamente repetida de los sutras. El sutra es recitado a modo de salmodia.
La recitación repetida insistentemente se realiza de forma lenta en un principio y después cada vez más aprisa al son del batidor o molinete de oraciones.
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